Nicholas Wapshott nos muestra en su libro “Keynes vs Hayek: El Choque de la Economía Moderna” un enfrentamiento que sigue resonando en la actualidad. En la economía del siglo XX, la batalla ideológica entre John Maynard Keynes y Friedrich Hayek intentan responder a una de las preguntas económicas que necesitan tener una respuesta urgente en nuestra sociedad actual: ¿hasta qué punto debe el Gobierno intervenir en los mercados?
En la década de 1920, el contacto inicial entre Keynes y Hayek da inicio a un debate ya que, mientras Keynes critica el laissez-faire, Hayek, influenciado por Ludwing Von Mises cree firmemente en la autorregulación de los mercados, sus visiones opuestas se reflejan a lo largo de los distintos acontecimientos del siglo. Su primer encuentro en 1928 desencadena una serie de disputas que culminan en 1931, en plena Gran Depresión.
En esta década, Keynes desarrolla el concepto multiplicador y ejerce una influencia significativa en Estados Unidos, donde presidentes como Hoover y Roosevelt adoptan políticas keynesianas para enfrentar la crisis. Mientras tanto, Hayek, a pesar de elogiar la originalidad de Keynes, propone alternativas, anticipando un periodo crucial en la economía mundial.
La muerte de Keynes en 1946 deja su impronta en países como Gran Bretaña y Estados Unidos, donde políticas keynesianas influyen en reformas y leyes. Sin embargo, el resurgimiento de las ideas de Hayek, respaldadas por figuras como Milton Friedman, Margaret Thatcher, y Ronald Reagan, introduce un nuevo capítulo en la historia económica.
La teoría austriaca y keynesiana divergen en sus enfoques sobre la demanda agregada, el corto y largo plazo. La Gran Recesión de 2008 pone de manifiesto la relevancia continua de este debate, influenciando las respuestas gubernamentales y la percepción de las políticas económicas.
La historia económica del siglo XX demuestra que no hay respuestas universales. En momentos de recesión, las políticas keynesianas pueden ser cruciales, pero en periodos de crecimiento, las ideas de Hayek permiten la eficiencia económica. El choque de ideas entre Keynes y Hayek persiste como un recordatorio de que la economía es un campo dinámico y complejo. La elección entre estas teorías depende del contexto y las condiciones específicas, la realidad económica se teje a través de la interacción entre el liberalismo y la intervención gubernamental, y el legado de estos dos economistas sigue influyendo en las decisiones que dan forma al destino de las naciones. Por tanto, la historia económica es una narrativa en constante evolución, donde las respuestas a las crisis y desafíos son tan diversas como las teorías que las sustentan.
Nuestras capacidades intelectuales se forjan a través de las preguntas que planteamos. En el mundo económico, las preguntas sobre el papel del Estado, la regulación y la libertad individual continúan siendo esenciales para guiar nuestras acciones y moldear el futuro de la sociedad.
“La economía solo puede avanzar si hay discusión, conflicto”
Austin Robinson
0 Comentarios